domingo, 9 de febrero de 2014

¿Por qué un Proyecto de Biblioteca en el I.E. Juan Ramón Jiménez?

La idea de elaborar y poner en marcha un Proyecto de Biblioteca en el seno del I.E. “Juan Ramón Jiménez” surge a raíz de observar que el uso que se le da a esta sala es mínimo cuando debiera ser todo lo contrario, teniendo en cuenta que en las últimas décadas hemos asistido al nacimiento de una nueva época caracterizada por el espacio cada vez mayor que ocupan en nuestra vida cotidiana la información y el conocimiento, así como los medios para su comunicación. Cada vez se publican más libros, más artículos y más documentos en soportes desconocidos hasta hace poco. Cualquier profesional necesita gran cantidad de información para desarrollar su actividad y para mantenerse al día. Por otro lado, la toma de decisiones importantes para nuestra vida diaria exige disponer de gran cantidad de información y encontrarla se convierte en una necesidad que suele ser difícil de satisfacer sin acudir a servicios especializados.


Igualmente, la reforma educativa propiciada por la LOE (2006) y respetada en este sentido por la LOMCE (2013) ha afectado, por una parte, a las estructuras y la ordenación de la educación, y por otra, a los contenidos, es decir, al tipo de experiencias y oportunidades de aprendizaje que la escuela debe ofrecer a sus alumnos y alumnas. Es por eso que la formación lectora, así como la formación documental, han venido a ocupar un espacio importante en el entorno escolar. La enseñanza en las escuelas debe contribuir a crear lectores competentes en la utilización de diversos tipos de textos, a promover actitudes reflexivas y críticas ante los distintos medios de transmisión y difusión de la cultura escrita y a despertar interés por la lectura como medio de entretenimiento y como actividad importante de ocio. Pero además debe ofrecer una formación lo suficientemente versátil como para adaptarse a una sociedad cambiante, en la que la recogida, selección, recuperación y transmisión de información son aprendizajes imprescindibles y en la que el alumno debe disponer de las estrategias precisas para aprender por sí solo.

Está claro, pues, que es preciso potenciar la Biblioteca del centro. Pero ese impulso pasa por una consideración conjunta de la biblioteca escolar y del currículo. Generalmente se ha venido entendiendo la Biblioteca como un espacio en el que se guardan libros y otros recursos para su consulta o su lectura, bien en la propia sala o mediante un servicio de préstamo, y en el que de vez en cuando se desarrollan algunas actividades docentes. En la mayoría de los casos no se ve este espacio como un posible eje vertebrador de todas las actividades de enseñanza-aprendizaje que tienen lugar en el centro escolar. O, sin llegar a tanto, digamos que no se suele establecer una relación estrecha e indisoluble entre la biblioteca escolar y el currículo de todas las áreas (se piensa en Biblioteca y se piensa en el área de Lengua y Literatura, como si la Biblioteca no pudiera imbricarse en el desarrollo curricular del resto de las materias y asignaturas que se imparten en los distintos niveles y etapas educativos)

Muy al contrario. El currículo aborda, en todas las áreas y en todos los niveles de la enseñanza, los conceptos básicos relativos a la lectura entendida en un sentido amplio:
lectura de distintos tipos de textos (literarios, técnicos, funcionales…); lectura con finalidades diferentes (aprender, entretenerse, informarse…); lectura de códigos diversos e interrelacionados (verbales, icónicos, sonoros y audiovisuales); medios de comunicación; fuentes de información y tratamiento de la misma; nuevos soportes y medios técnicos para su lectura (cintas de audio y vídeo, soportes informáticos…). Asimismo, se insiste en la adquisición de procedimientos como la lectura crítica y comprensiva, la utilización de variadas fuentes de información y documentación, la adquisición de técnicas de trabajo científico y el desarrollo de estrategias de búsqueda, recuperación y transmisión de la información. Finalmente, se destaca la necesidad de desarrollar determinados valores en relación con la abundancia de información que ofrece nuestra sociedad: actitudes de consumo selectivo, análisis crítico de los mensajes, contraste con la realidad, postura activa ante los medios de comunicación, formación de un criterio propio y de valores personales.

Curiosamente, muchos Proyectos Educativos, y entre ellos el nuestro, señalan una serie de carencias detectadas en el alumnado: deficiencias de formación básica; deficiencias generales de comprensión, tanto escrita como de otros códigos no verbales; deficiencias generales de expresión escrita; deficiencias en el tratamiento de la información; falta de hábito de estudio, etc. Si a eso le añadimos que nuestro centro presenta unas características muy especiales por ser un centro español en el exterior, en el que los alumnos son educados en español mientras que sus lenguas maternas suelen ser el francés o el árabe en la mayoría de los casos, las carencias pueden verse en algunos aspectos acentuadas.

En este contexto, la biblioteca escolar ha de perfilarse como nuevo e importante ámbito educativo: espacio de comunicación e intercambio, idóneo para la investigación y la lectura. Pero para que la biblioteca escolar pueda ser utilizada como un recurso pedagógico de primer orden, es fundamental que esté integrada en el Proyecto Educativo y Curricular del centro mediante unos objetivos específicos. Dicha integración debe ser realizada en todas las áreas, partiendo de la detección y el análisis de las carencias de los alumnos en las mismas, para definir posteriormente los objetivos a alcanzar, así como los medios y recursos documentales que se utilizarían para paliar las deficiencias detectadas y para conseguir los objetivos propuestos. Posteriormente, las intervenciones deben ser concretadas en las programaciones de aula.

En todos y cada uno de los niveles y etapas educativas, la selección minuciosa y cuidada de la documentación en general, el tratamiento riguroso de la misma y su óptima explotación deben proporcionar una sólida base de recursos que apoyen y respalden las diferentes metodologías aplicadas en el aula, que impulsen el interés y la motivación hacia el aprendizaje y la investigación y, por último, que ofrezcan un amplio abanico de posibilidades para el ocio y el entretenimiento.

Por lo tanto, el proyecto de Biblioteca que perseguimos se identifica con un espacio en el que el profesorado ejerce su actividad de documentación para el desempeño de su función docente; en el que los alumnos y alumnas aprenden a buscar, descifrar, conocer, disfrutar de los conocimientos, y en el que todos los miembros de la comunidad educativa pueden acceder libremente a la cultura de la información. Queremos una Biblioteca viva, que sea espacio para la relación, la participación, la comunicación, el aprendizaje, la búsqueda de información tanto en materiales impresos como en materiales realizados en cualquier otro soporte, desde donde emanen actividades dirigidas a todos y todas, con las que disfruten no sólo el alumnado y el profesorado sino todas aquellas personas que forman parte de la comunidad educativa de este centro. Y sobre todo, queremos una Biblioteca que responda de verdad a un centro en el que el dominio de varias lenguas es un objetivo prioritario, facilitando el contacto con las mismas a partir de los más variados documentos y fuentes de información. Sin olvidar que la difusión de la lengua y la cultura españolas forma parte de las características esenciales del instituto, tarea en la que una biblioteca escolar es uno de los recursos más importantes.

Siguiendo este planteamiento, recogemos a continuación los OBJETIVOS DE LA BIBLIOTECA ESCOLAR incluidos en el Manifiesto UNESCO/IFLA sobre Bibliotecas Escolares, con los que estamos totalmente de acuerdo. Ellos serán los referentes a conseguir para cualquier actuación que se haga en relación con la Biblioteca:
a)    respaldar y ayudar en la consecución de los objetivos del proyecto educativo del centro escolar y del plan de estudios;
b)   inculcar y fomentar en los niños el hábito y el placer de la lectura, el aprendizaje y la utilización de las bibliotecas a lo largo de toda su vida;
c)    ofrecer oportunidades para realizar experiencias de creación y utilización de información a fin de adquirir conocimientos, comprender, desarrollar la imaginación y entretenerse;
d)   prestar apoyo a todos los alumnos para la adquisición y aplicación de capacidades que permitan evaluar y utilizar la información, independientemente de su soporte, formato o medio de difusión, teniendo en cuenta la sensibilidad ante las formas de comunicación que existan en la comunidad;
e)   facilitar el acceso a los recursos y posibilidades locales, regionales, nacionales y mundiales para que los alumnos tengan contacto con ideas, experiencias y opiniones varias;
f)    organizar actividades que estimulen la concienciación y la sensibilización en el plano cultural y social;
g)   trabajar con el alumnado, el profesorado, la administración y las familias para realizar el proyecto educativo del centro escolar; proclamar la idea de que la libertad intelectual y el acceso a la información son fundamentales para ejercer la ciudadanía y participar en una democracia con eficiencia y responsabilidad;
h)    fomentar la lectura y promover los recursos y servicios de la biblioteca escolar dentro y fuera del conjunto de la comunidad escolar.

Así pues, y teniendo en cuenta estos Objetivos, el Equipo de Biblioteca será el encargado de elaborar y proponer a la Comunidad Educativa el Plan Lector del centro, el Plan de Formación de Usuarios y de Educación para el Acceso a la Información  y el Plan Anual de explotación de la biblioteca escolar, que se incluirán en el PEC (los dos primeros) y en la PGA, respectivamente. Pero esta propuesta exige, además, un compromiso por parte de todos:

Profesorado
  • La biblioteca no ofrecerá soluciones mágicas ni fáciles a los múltiples problemas que tiene la escuela actual. Eso sí, podrá llegar a ser una tierra fértil sobre la que brotará un bosque exuberante de conocimiento y crecimiento personal si los profesores están dispuestos a llevar a cabo una revolución consensuada y tolerante, realista pero valiente. Y, por supuesto, habrá que fertilizar el terreno con respeto, diálogo, cooperación, igualdad, honestidad y sentido común.
  • El profesorado se ha de comprometer a hacer de la biblioteca escolar un auténtico centro de recursos, un manantial eterno de información, de sugerencias, de actividades socioculturales y a la vez festivas, una fuente inagotable de herramientas para ampliar el conocimiento y, al mismo tiempo, la cuna de la fantasía, el hogar de lo poético, el rincón de la palabra serena, la amistad, la libertad y los sueños.
  • No hay medios ­ni económicos ni humanos­ suficientes, de acuerdo, pero al mismo tiempo que los reivindicamos tenemos que aceptar el reto de llevar a cabo proyectos comprometidos e innovadores.
  • Los docentes deben estar decididos a transformar sus hábitos didácticos y a elaborar coherentes y minuciosos Proyectos de Lectura, Escritura y Biblioteca.
  • Ha de favorecer las nuevas relaciones que se construirán entre docentes y estudiantes (enriquecimiento mutuo, mayor flexibilidad, incremento del protagonismo del aprendiz...).
  • Introducirá una didáctica basada en el manejo de diferentes fuentes documentales y el autoaprendizaje.
  • Aceptará voluntariamente y con entusiasmo una dinámica de autoformación, que le haga apto para poner en manos de sus alumnos las tecnologías avanzadas del conocimiento y la comunicación.
  • Ofrecerá una mayor personalización en su docencia introduciendo herramientas que favorezcan la evolución de los diferentes ritmos y que equilibren las desigualdades.
Alumnado
  • Deberán estar dispuestos a asumir el papel de protagonistas de su propio aprendizaje.
  • Aceptarán el riesgo de desarrollar al máximo sus propias capacidades y de abrir su mente a los nuevos conocimientos y las nuevas tecnologías.
  • Participarán en el proceso con espíritu crítico y creatividad.
  • Habrán de ser respetuosos con los ritmos de los demás y descubrir las ventajas del trabajo en equipo y la colaboración con otros estudiantes y con los profesores.

En Casablanca, a 9 de febrero de 2014
Fdo.: Mª Jesús Sánchez Sánchez



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