La idea
de elaborar y poner en marcha un Proyecto de Biblioteca en el seno del I.E.
“Juan Ramón Jiménez” surge a raíz de observar que el uso que se le da a esta sala
es mínimo cuando debiera ser todo lo contrario, teniendo en cuenta que en las
últimas décadas hemos asistido al nacimiento de una nueva época caracterizada
por el espacio cada vez mayor que ocupan en nuestra vida cotidiana la
información y el conocimiento, así como los medios para su comunicación. Cada
vez se publican más libros, más artículos y más documentos en soportes
desconocidos hasta hace poco. Cualquier profesional necesita gran cantidad de
información para desarrollar su actividad y para mantenerse al día. Por otro
lado, la toma de decisiones importantes para nuestra vida diaria exige disponer
de gran cantidad de información y encontrarla se convierte en una necesidad que
suele ser difícil de satisfacer sin acudir a servicios especializados.
Igualmente,
la reforma educativa propiciada por la LOE (2006) y respetada en este sentido
por la LOMCE (2013) ha afectado, por una parte, a las estructuras y la
ordenación de la educación, y por otra, a los contenidos, es decir, al tipo de
experiencias y oportunidades de aprendizaje que la escuela debe ofrecer a sus
alumnos y alumnas. Es por eso que la formación lectora, así como la formación
documental, han venido a ocupar un espacio importante en el entorno escolar. La
enseñanza en las escuelas debe contribuir a crear lectores competentes en la
utilización de diversos tipos de textos, a promover actitudes reflexivas y
críticas ante los distintos medios de transmisión y difusión de la cultura
escrita y a despertar interés por la lectura como medio de entretenimiento y
como actividad importante de ocio. Pero además debe ofrecer una formación lo
suficientemente versátil como para adaptarse a una sociedad cambiante, en la
que la recogida, selección, recuperación y transmisión de información son
aprendizajes imprescindibles y en la que el alumno debe disponer de las
estrategias precisas para aprender por sí solo.
Está
claro, pues, que es preciso potenciar la Biblioteca del centro. Pero ese
impulso pasa por una consideración conjunta de la biblioteca escolar y del currículo.
Generalmente se ha venido entendiendo la Biblioteca como un espacio en el que
se guardan libros y otros recursos para su consulta o su lectura, bien en la
propia sala o mediante un servicio de préstamo, y en el que de vez en cuando se
desarrollan algunas actividades docentes. En la mayoría de los casos no se ve
este espacio como un posible eje vertebrador de todas las actividades de
enseñanza-aprendizaje que tienen lugar en el centro escolar. O, sin llegar a
tanto, digamos que no se suele establecer una relación estrecha e indisoluble
entre la biblioteca escolar y el currículo de todas las áreas (se piensa en
Biblioteca y se piensa en el área de Lengua y Literatura, como si la Biblioteca
no pudiera imbricarse en el desarrollo curricular del resto de las materias y
asignaturas que se imparten en los distintos niveles y etapas educativos)
Muy al
contrario. El currículo aborda, en todas las áreas y en todos los niveles de la
enseñanza, los conceptos básicos relativos a la lectura entendida en un sentido
amplio:
lectura
de distintos tipos de textos (literarios, técnicos, funcionales…); lectura con
finalidades diferentes (aprender, entretenerse, informarse…); lectura de
códigos diversos e interrelacionados (verbales, icónicos, sonoros y
audiovisuales); medios de comunicación; fuentes de información y tratamiento de
la misma; nuevos soportes y medios técnicos para su lectura (cintas de audio y
vídeo, soportes informáticos…). Asimismo, se insiste en la adquisición de
procedimientos como la lectura crítica y comprensiva, la utilización de
variadas fuentes de información y documentación, la adquisición de técnicas de
trabajo científico y el desarrollo de estrategias de búsqueda, recuperación y
transmisión de la información. Finalmente, se destaca la necesidad de
desarrollar determinados valores en relación con la abundancia de información
que ofrece nuestra sociedad: actitudes de consumo selectivo, análisis crítico
de los mensajes, contraste con la realidad, postura activa ante los medios de
comunicación, formación de un criterio propio y de valores personales.
Curiosamente,
muchos Proyectos Educativos, y entre ellos el nuestro, señalan una serie de
carencias detectadas en el alumnado: deficiencias de formación básica;
deficiencias generales de comprensión, tanto escrita como de otros códigos no
verbales; deficiencias generales de expresión escrita; deficiencias en el
tratamiento de la información; falta de hábito de estudio, etc. Si a eso le
añadimos que nuestro centro presenta unas características muy especiales por
ser un centro español en el exterior, en el que los alumnos son educados en
español mientras que sus lenguas maternas suelen ser el francés o el árabe en
la mayoría de los casos, las carencias pueden verse en algunos aspectos
acentuadas.
En este
contexto, la biblioteca escolar ha de perfilarse como nuevo e importante ámbito
educativo: espacio de comunicación e intercambio, idóneo para la investigación
y la lectura. Pero para que la biblioteca escolar pueda ser utilizada como un
recurso pedagógico de primer orden, es fundamental que esté integrada en el
Proyecto Educativo y Curricular del centro mediante unos objetivos específicos.
Dicha integración debe ser realizada en todas las áreas, partiendo de la
detección y el análisis de las carencias de los alumnos en las mismas, para
definir posteriormente los objetivos a alcanzar, así como los medios y recursos
documentales que se utilizarían para paliar las deficiencias detectadas y para
conseguir los objetivos propuestos. Posteriormente, las intervenciones deben
ser concretadas en las programaciones de aula.
En
todos y cada uno de los niveles y etapas educativas, la selección minuciosa y
cuidada de la documentación en general, el tratamiento riguroso de la misma y
su óptima explotación deben proporcionar una sólida base de recursos que apoyen
y respalden las diferentes metodologías aplicadas en el aula, que impulsen el
interés y la motivación hacia el aprendizaje y la investigación y, por último,
que ofrezcan un amplio abanico de posibilidades para el ocio y el
entretenimiento.
Por lo tanto, el proyecto de Biblioteca que
perseguimos se identifica con un espacio en el que el profesorado ejerce su
actividad de documentación para el desempeño de su función docente; en el que
los alumnos y alumnas aprenden a buscar, descifrar, conocer, disfrutar de los
conocimientos, y en el que todos los miembros de la comunidad educativa pueden
acceder libremente a la cultura de la información. Queremos una Biblioteca viva,
que sea espacio para la relación, la participación, la comunicación, el
aprendizaje, la búsqueda de información tanto en materiales impresos como en
materiales realizados en cualquier otro soporte, desde donde emanen actividades
dirigidas a todos y todas, con las que disfruten no sólo el alumnado y el
profesorado sino todas aquellas personas que forman parte de la comunidad
educativa de este centro. Y sobre todo, queremos una Biblioteca que responda de
verdad a un centro en el que el dominio de varias lenguas es un objetivo
prioritario, facilitando el contacto con las mismas a partir de los más
variados documentos y fuentes de información. Sin olvidar que la difusión de la
lengua y la cultura españolas forma parte de las características esenciales del
instituto, tarea en la que una biblioteca escolar es uno de los recursos más
importantes.
Siguiendo
este planteamiento, recogemos a continuación los OBJETIVOS DE LA BIBLIOTECA
ESCOLAR incluidos en el Manifiesto UNESCO/IFLA sobre Bibliotecas Escolares,
con los que estamos totalmente de acuerdo. Ellos serán los referentes a
conseguir para cualquier actuación que se haga en relación con la Biblioteca:
a)
respaldar y ayudar en la consecución de los objetivos del proyecto
educativo del centro escolar y del plan de estudios;
b)
inculcar y fomentar en los niños el hábito y el placer de la lectura, el
aprendizaje y la utilización de las bibliotecas a lo largo de toda su vida;
c)
ofrecer oportunidades para realizar experiencias de creación y utilización
de información a fin de adquirir conocimientos, comprender, desarrollar la imaginación
y entretenerse;
d)
prestar apoyo a todos los alumnos para la adquisición y aplicación de
capacidades que permitan evaluar y utilizar la información, independientemente
de su soporte, formato o medio de difusión, teniendo en cuenta la sensibilidad
ante las formas de comunicación que existan en la comunidad;
e)
facilitar el acceso a los recursos y posibilidades locales, regionales,
nacionales y mundiales para que los alumnos tengan contacto con ideas,
experiencias y opiniones varias;
f)
organizar actividades que estimulen la concienciación y la sensibilización
en el plano cultural y social;
g)
trabajar con el alumnado, el profesorado, la administración y las familias
para realizar el proyecto educativo del centro escolar; proclamar la idea de
que la libertad intelectual y el acceso a la información son fundamentales para
ejercer la ciudadanía y participar en una democracia con eficiencia y
responsabilidad;
h) fomentar la lectura y
promover los recursos y servicios de la biblioteca escolar dentro y fuera del
conjunto de la comunidad escolar.
Así pues, y teniendo en cuenta estos Objetivos, el Equipo de Biblioteca
será el encargado de elaborar y proponer a la Comunidad Educativa el Plan
Lector del centro, el Plan de Formación de Usuarios y de Educación para el
Acceso a la Información y el Plan Anual
de explotación de la biblioteca escolar, que se incluirán en el PEC (los dos
primeros) y en la PGA, respectivamente. Pero esta propuesta exige, además, un
compromiso por parte de todos:
Profesorado
- La biblioteca no ofrecerá soluciones mágicas
ni fáciles a los múltiples problemas que tiene la escuela actual. Eso sí,
podrá llegar a ser una tierra fértil sobre la que brotará un bosque
exuberante de conocimiento y crecimiento personal si los profesores están
dispuestos a llevar a cabo una revolución consensuada y tolerante,
realista pero valiente. Y, por supuesto, habrá que fertilizar el terreno
con respeto, diálogo, cooperación, igualdad, honestidad y sentido común.
- El profesorado se ha de comprometer a hacer de
la biblioteca escolar un auténtico centro de recursos, un manantial eterno
de información, de sugerencias, de actividades socioculturales y a la vez
festivas, una fuente inagotable de herramientas para ampliar el
conocimiento y, al mismo tiempo, la cuna de la fantasía, el hogar de lo
poético, el rincón de la palabra serena, la amistad, la libertad y los
sueños.
- No hay medios ni económicos ni humanos
suficientes, de acuerdo, pero al mismo tiempo que los reivindicamos
tenemos que aceptar el reto de llevar a cabo proyectos comprometidos e
innovadores.
- Los docentes deben estar decididos a
transformar sus hábitos didácticos y a elaborar coherentes y minuciosos
Proyectos de Lectura, Escritura y Biblioteca.
- Ha de favorecer las nuevas relaciones que se
construirán entre docentes y estudiantes (enriquecimiento mutuo, mayor
flexibilidad, incremento del protagonismo del aprendiz...).
- Introducirá una didáctica basada en el manejo
de diferentes fuentes documentales y el autoaprendizaje.
- Aceptará voluntariamente y con entusiasmo una
dinámica de autoformación, que le haga apto para poner en manos de sus
alumnos las tecnologías avanzadas del conocimiento y la comunicación.
- Ofrecerá una mayor personalización en su
docencia introduciendo herramientas que favorezcan la evolución de los
diferentes ritmos y que equilibren las desigualdades.
Alumnado
- Deberán estar dispuestos a asumir el
papel de protagonistas de su propio aprendizaje.
- Aceptarán el riesgo de desarrollar al máximo
sus propias capacidades y de abrir su mente a los nuevos conocimientos y
las nuevas tecnologías.
- Participarán en el proceso con espíritu
crítico y creatividad.
- Habrán de ser respetuosos con los ritmos de
los demás y descubrir las ventajas del trabajo en equipo y la colaboración
con otros estudiantes y con los profesores.
En Casablanca, a 9 de febrero de 2014
Fdo.: Mª Jesús Sánchez Sánchez
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